Porque a veces llega un momento en el que necesitas irte,
lejos, desaparecer, un tiempo. Te dirán que te quedes, te pedirán que no te
vayas, que no quieren verte marchar, que odian las despedidas y que
valdría la pena quedarse, pero tú sabes que no. Que ya no hay más que hacer, que todo ha llegado a su punto, que ya no hay por donde tirar ni por donde seguir. Que entonces te cansas y dices, ''ya no aguanto más''. Que después de ver tanta mentira, tanta decepción, tantas palabras sin razón, tanta gente sin corazón, decides terminar con todo. Decides ver bien a tu alrededor y observar cada paso, cada movimiento para saber con quien te debes rodear y de quien te debes apartar.
Sí, llega un momento en el que ya no quieres saber de nada más, que ya sabes lo que va a pasar, que antes o después te van a volver a fallar, porque en su momento no supieron demostrar ni valorar lo que tanto decían apreciar. Y por eso, lo único que quieres es alejarte de tanta falsedad. Coger a esa persona que de verdad te importa y perderte con ella, donde nada ni nadie te moleste, os moleste. Donde nadie sepa donde estáis, donde nadie os encuentre. Donde nadie se interponga.
Perderos, ser felices. Vivir sin problemas, sin mentiras, sin complicaciones. Una vida sencilla, llena de alegría. De momentos compartidos, de metas por alcanzar y sueños cumplidos. De formar una familia. De llegar muy lejos.
Eso. Eso quieres cuando te das cuenta de que a tu lado no queda gente decente, o que apenas queda. Eso quieres porque lo necesitas para sonreír.
Porque cuando ya no hay marcha atrás, cuando ya ni tu pasado quieres recordar, lo único que quieres es una vida nueva, una nueva etapa, un nuevo todo, al lado de esa persona que realmente quieres, con la que quieres compartirlo todo, sea bueno o malo. Una vida juntos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario